miércoles, 9 de agosto de 2017

Septiembre de Campeones, Octubre de Perdedores

Ayer 7 de agosto separé los primeros 3 primeros pichones del 2017, muy temprano, es cierto, pero ya estaban muy adelantados. Lo más temprano que había separado en años anteriores fue el 26 de agosto de 2012. Estos independizados prematuramente de aquel entonces obtuvieron muy buenos resultados en los concursos incluyendo aquellos que se celebraron en diciembre.  Ya se ha señalado en varias ocasiones que el proceso de enjaule de los canarios timbrados es un proceso que debe gestionarse de manera individual ya que cada ejemplar experimenta su propio proceso de maduración.

Naturalmente, un proceso de enjaule gradual y prematuro necesita de dos requisitos que no son despreciables por parte del canaricultor: espacio y tiempo. Espacio para poder ubicar las maletas y jaulas individuales al mismo tiempo que las voladeras, es importante que los pichones recién enjaulados estén en el mismo reciento donde se encuentran las voladeras, obviamente, si ya el pichón presenta defectos en sus esbozos de canto debe ser descartado inexorablemente. El factor tiempo es también crítico ya que hay que “sentarse” a escuchar a los pichones recién enjaulados así como observar su nivel de energía y estrés, especialmente en las primeras 48 horas, actuando oportunamente frente a la presencia de cualquier anormalidad.

No enjaular cuando el canario está listo encierra un doble riesgo: es muy probable que el ejemplar se encele, degenerando su canto, no solamente perdiéndose la oportunidad de que concurse sino perdiendo también el ejemplar en sí. Un ejemplar enjaulado prematuramente debidamente gestionado puede ser útil durante los dos primeros meses de concursos pudiendo ser relevado posteriormente por otros ejemplares desarrollados más tardíamente. Un ejemplar abandonado a su suerte en la voladera, es muy posiblemente un ejemplar perdido, con el riesgo que arrastre en su caída al resto de machos en su voladera.


No es fácil discutir este tema del tiempo ideal para enjaule, y muchos criadores experimentados tienen su metodología que ejecutan con rigor, quizás sin el debido análisis o asumiendo las pérdidas de alguno ejemplares que en la voladera presentaban un canto rico en giros de diversa dificultad y al ser enjaulados recortan, repiten y simplifican su repertorio. Los responsables de que esto suceda son los propios criadores y el manejo que hagan con los ejemplares, no son los ejemplares. Es por esto por lo que se debe criar el número de ejemplares que se puedan gestionar de acuerdo con el tiempo y espacio. Hay muchas metodologías para un enjaule correcto y el criador debe escoger aquella que más le convenga porque en esto de la canaricultura de canto cada uno debe hacerse un traje a la medida de sus circunstancias.

1 comentario:

  1. Buenos Días!

    Excewlente articulo Don Ernesto, le deseo lo mejor de las suertes con estos primeros ejemplares que comienzas a encaminar a ser campeones... Saludos desde Costa Rica. Cristian

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